He visto cosas que vosotros no creeríais



He visto cosas que vosotros no creeríais...


Hola mis jocosos vecinos, ¿qué tal andan?

He visto cosas que no imaginan: gente comiendo en la barra de un bar, habiendo mesas libres a sus espaldas, sí. Gente que entra y pregunta: ¿que tenéis de tapa? Antes de pedir la consumición: un corto de caña y un vaso de agua del grifo, ¿eso son dos tapas, no?

Chicas que salen de noche, de fiesta, a 3 grados bajo cero, con unas faldas tan cortas que dejan ver hasta el segundo “respiradero”, cruzándose con gente que lleva en la cara mascarilla de tela o papel creyendo que eso les salva de los “bichitos voladores”. Bueno, estos al menos no te escupen en la cara al hablar con ellos en la puerta del bar.



Gente que se queja del humo del tabaco, bien, pero jamás de la contaminación ambiental, especialmente la electromagnética. Deben de dormir con el teléfono a mano.

Más gente Matrix: los X men and women, tecleando imparables en el asiento del autobús, y después quejándose de que se han saltado su parada: ¡conductor!

Más peña matrix que llevan sin cocinar desde el confinamiento: ¡a mí que me traigan la cena a casa! Ya, para qué vas a cocinar tu habiendo tanto esclavo con patinete, ¿verdad?

También tienen aspirador en casa pero... ¡gasta mucho! Así pues las pelusas en su piso te pueden llegar a los tobillos. Impresionante.



Eso sí: también tienen unas teles de más de 50 pulgadas de diagonal y no se pierden una serie de chiflish, filfihs, gasflish, o lo que sea. El caso es estar cada día al pasto y la boñiga; si no tenéis conciencia no tendréis más futuro que el que os escriban, viviréis un relato ajeno, ¿y eso?

Os soñáis como viviendo un anuncio de colonias, sí, pero vivís como las vacas estabuladas.



¡Mírense al espejo, vecinos!

He visto, por la tele, incendios que duraban días y días, los camiones de bomberos sin agua, ¿y eso? Hay que recalificar esos terrenos cuanto antes, gente matrix, que esto ¡es el capitalismo, vecino!



He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhaüser...

¡Ay, paloma!


Avatares manifiestos


Avatares manifiestos


Hola vecinos, seguimos un destino manifiesto, ¿no es así?

Mediten dos minutos conmigo sobre este sencillo asunto: si se piensa uno mismo como mundo, no solo como Pepín o Manolín, ¿qué es lo que se ve?, ¿a dónde nos conduce eso? Cada uno ha de observarlo por sí mismo.



A mí se me ocurre que reine La Salud y la Buena Luz, seguidas de cerca por el buen humor. Que ya hay demasiado sufrimiento y enfermos por todas partes; y a mayores tenemos el problema del Mal, que para nuestra humanidad es una entelequia espiritual o astral, o algo así.

Para otras humanidades es un producto, un elemento químico como el azufre o el aluminio, y saben qué hacer con él. Nosotros tan solo producirlo y almacenarlo sin ser conscientes del hecho.



Nos quejamos de las enfermedades y guerras que asolan el planeta constantemente, pero seguimos sin ser conscientes de que por deseo y temor producimos justo lo que no nos conviene: el Mal.

¿Porqué les cuento esto? Bien, en el idioma sánscrito existe el término Avatar, que se traduce al español por Manifestación, la parte palpable de algo ideado.



Platón explicaba que primero están Las Ideas y después, a continuación, surgen Las Manifestaciones; así pues nosotros somos los Avatares parlanchines en este mundo.

Se entiende así mejor, ¿verdad? Le hemos dado la vuelta y el observador es lo observado.

Sea usted el que se piensa a sí mismo, el que escribe su personal relato, no permita que se lo hagan otros. Deje de ser ya un extra en una película catastrófica, ¡apocalíptica! Usted y su tiempo, su mundo, no son dos cosas distintas, diferenciadas; a no ser que se fuera a... Marte.



Esto es un tema muy antiguo y ya debería de darse por sabido; lo revelado, profetizado, por Jesús de Nazaret ya sucedió, sí. Ahora le toca a usted darse cuenta del hecho. Él ya hizo su labor.



Sois los avatares manifiestos, las luciérnagas del Señor, ¿no lo notáis?


Con la mirada perdida


Con la mirada perdida


Hola vecinos, les noto preocupados y nadie me sabe decir la razón del porqué.

Les expondré un caso: la mirada perdida.

¿Nunca escuchó usted hablar de este asunto?

Era un mal que padecían en ocasiones los mineros de siglos pasados. ¿Y eso porqué?

Por un lado tenían que mantener los ojos puestos en el tajo, picando y entresacando mineral, pero la mente se les iba a... a saber dónde. Igual hasta hablaban con los duendecillos de la montaña...

El caso es que la mente se les escapaba de la oscura cueva en la que pasaban horas y horas.



Ocurría en alguna ocasión que su conciencia no regresaba y que el tipo se quedaba con la mirada perdida.

Como van a pasar cosas extrañas en los próximos meses les aviso por si a algún conocido suyo le ocurre algo así. Estén ustedes al tanto.

Les parecerá que se han quedado como en trance, entonces no tarden en buscar ayuda médica cuanto antes.



No espere usted a que alguien le diga lo que tiene hacer.

No sea insensato si hay la vida de una persona en peligro. Puede que algo ande mal en su conciencia o en su cerebro.



Parece que siempre estamos subiendo una cuesta, no solo en el mes de enero, pero una cosa es mirar a lo alto, por buscar su final, y otra quedarse alelado; el no saber dónde estás y quedarte mirando al más allá.

Tengan cuidado.



Hay otros males que padecían los mineros del carbón y que de unos años para acá se han vuelto comunes, afectan no solo a los pulmones sino a casi todo el cuerpo. Estén sobre aviso que ya ardió Troya por las mismas razones.



Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...