Subo al blog unas fotos que realicé en el año 1999 realizando el Camino de Santiago a pie.
Por casualidades de la vida tenía más de un mes de vacaciones por delante y unos amigos me sugirieron hacer El Camino, como una experiencia novedosa, diferente al montañismo.
Llegué a la Estación de Canfranc en el Canfranero, para solicitar la credencial y después tomé un autocar que me debería llevar hasta Oloron, pero digo debería pues al llegar al alto del Puerto de Somport el autocar no pudo continuar, había huelga de transportistas o algo así en Francia.
Así pues, y tras echar una mirada a los picos comencé a bajar hacia España.
Bajé hasta la Estación de Canfranc, y busqué acomodo en el estupendo albergue Pepito Grillo. El hospitalero, un veterano en estas lides me fue poniendo sobre aviso de lo que me encontraría más adelante.
Quitando una fuerte tormenta que cayó aquella tarde todo lo demás me parecía fantástico. Y el ambiente, yo era el único peregrino español del albergue, me pareció estupendo. Muy parecido al de los refugios de alta montaña. Los de por aquel entonces.
Una buena tirada me llevaría hasta Jaca al día siguiente. Era el mes de septiembre y las tormentas se alternaban con episodios de fuerte calor al medio día. Me gustó mucho Jaca, desde entonces he vuelto varias veces, tanto por el Camino de Santiago como por sus montañas.
Como eran los primeros días y andaba fuerte la siguiente etapa fue larga en demasía. En compañía de un peregrino veterano anduve hasta Ruesta.
Todo el día caminando, se me hizo larguísimo y en días posteriores pagaría la novatada con dolores por todo el cuerpo.
Curiosa la indumentaria peregrina, ¿verdad? Y el mochilón con paraguas es mío. Todavía lo conservo, el paraguas se destrozaría en días posteriores.
La siguiente etapa ya fue más sencilla y divertida caminando en compañía de unas señoras alemanas con las que habíamos coincidido en el albergue de Ruesta. También lo haríamos en el de Sangüesa.
Sellamos la credencial en la Parroquia de Santiago.
Se nos unió otro chico al equipo peregrino y bien de mañana nos marchamos hacia la Foz de Lumbier, espectacular. Y docenas de buitres por todas partes, ¿qué podía salir mal?
Pasando por Salinas de Ibargoiti, ya teníamos Monreal a la vista. Preciosa pirámide la que tienen al lado del pueblo.
Pero en Monreal...¡sorpresa! Son las fiestas del pueblo y el centro parroquial lo tienen ocupado. Estuvimos buscando durante horas un sitio donde dormir, finalmente el dueño del restaurante donde cenamos nos buscó cama en un piso de su propiedad.
Fiestorro navarro y aquí no duerme ni...
Lo de no poder dormir se haría crónico en cuanto llegáramos al Camino Real Francés. Pero aquel día disfrutamos del sol y las maravillas como esta de Santa María de Eunate.
Era tal el calor que hacía que podías lavar la camiseta en la fuente y en pocos minutos ya la tenías disponible de nuevo para usarla.
Ya me iba dando cuenta de que cargaba con demasiadas cosas así pues en días sucesivos el tema estaría en discurrir de qué me iría desprendiendo.
Y al fin Puente La Reina. Y primer bofetón de realidad: todos los lugares estaban llenos de gente, pero conseguí que me acogieran en el Refugio de los Padres Reparadores. Literas de tres pisos, chico, como en el campamento cuando era recluta.
Un navarrico me invitó a cenar en casa con su familia. Excepcionales los navarros, la mejor gente del mundo. Así he vuelto a su tierra siempre que he podido.
Por supuesto ni pegar ojo en toda la noche... y solo era el inicio de esta curiosa aventura mía que fue el Jacobeo 1999.
Ya subiré más fotos.
A mi entender la película-documental que mejor refleja aquel Camino y sus circunstancias es Tres en El Camino. De Laurence Boulting, con él y algunos, unos cuantos, de los que salen en el film coincidí aquel año y sucesivos, y yo sin enterarme.
Cuando vi la peli en el cine se me quedó la cara a cuadros...