Una idea genial: el Comunal Medieval
Hola amigos, hoy una idea diferente,
cambiando de tercio y sacando la muleta.
¿Han oído ustedes hablar del Comunal?
¿Y de los Concejos Vecinales?
Les comentaré algo que viene de
tiempos medievales sin ser yo un medievalista. Soy un futurista.
Pero aquí hay ideas interesantes para
cuando tornen las cuentas y se de la vuelta a la tortilla.
El Comunal, como idea, apareció en el
sur de la Galia y los Pirineos con el derrumbe del Imperio Romano.
Muchos pueblos se vieron libres de la dominación imperial y
senatorial a base de impuestos, ¿nos suena esto de algo? Las élites
parasitarias.
Libres de diezmos podían vivir del
fruto de sus labores e ingenio personal.
Fue muy importante en Aragón y
Navarra, en Castilla y León, y con el avance de la Reconquista llegó
hasta Andalucía. Hoy día tan solo quedan restos de Comunal
repartidos por toda España. Vandalizados y expropiados por el estado
y vendidos en su mayoría a los fondos de inversión.
He de mencionar a los Bagaudas, los
Hombres Libres, que tenían una cierta inspiración cristiana, pero
no católica romana; más bien arriana e incluso de los nazarenos
originales. No tenían un gobierno organizado sino que se regían por
Concejos Abiertos, y se defendían con sus propias milicias
concejiles.
Cada año se elegía un juez (este es
el origen de los Jueces de Castilla y de Navarra y de Aragón) y se
decidía, en común, qué y con quienes se haría intercambio,
trueque, de las mercancías ¡sobrantes! Pues apenas utilizaban
monedas en sus comercios con otras gentes.
Lo principal en El Comunal es el
individuo, el valerse por sí mismo; y el concejo es donde se hacen
los acuerdos entre ellos. Cualquier vecino puede hacer uso de los
bienes del territorio, informando al concejo de sus necesidades, por
ejemplo para construirse una casa o un refugio para el ganado. Pues
existe tanto la propiedad privada como la comunal.
Las divisorias se hacían por comarcas,
comarcas naturales, montaña, rivera, páramos..., donde se formaban
las aldeas. Esta organización era muy importante a la hora de hacer
trabajos en común (hacenderas) como arreglar caminos y fuentes, y
otras labores, que podían implicar a varios lugares y parroquias.
Los bienes comunales se repartían cada
año según lo aportado por cada vecino, con equidad, y según las
necesidades, por ancianidad o enfermedad familiar. Era un
cristianismo muy básico y fácil de aplicar; sin obispos y cosas de
esas. La base fundamental era la familia, donde todo se compartía y
los lazos familiares eran lo mas importante; pues entonces las
familias eran muy extensas y si te pedía un favor un primo segundo
¡no se lo ibas a negar!
Además de los bienes familiares:
hogar, huerto y lo que tuviesen, estaban los bienes del Concejo:
sementeras, tierras de labor, bosques, minas, lo que hubiese en la
comarca, y además los bienes de las Hermandades, Cofradías,
Sociedades, creadas por los vecinos para propósitos específicos:
una forja, un molino, un batán, etc. Las Hermandades tenían sus
Cuadernos de Hermandad donde dejaban por escrito a qué se
comprometían, en especial para defenderse tanto de los nobles y
obispos como de los propios reyes.
Existía un límite de bienes que se
podían intercambiar con otras comarcas. La Saca, por ejemplo, de
árboles del monte comunal debía ser para uso propio, primeramente,
y si sobraba algo entonces sí se podía vender a otra gente. Había
montes que pertenecían a varios municipios y se acordaba los pastos
y aprovechamiento de bosques. Que hubiese cada año un tanto para
todos.
Para poder mantener el derecho sobre
sus vidas y sus obras existían las milicias concejiles; todos los
varones mayores de edad estaban armados y debían acudir a las
llamadas a Concejo. A finales del siglo XIII las milicias fueron
desapareciendo y todo quedó en manos de los ejércitos del rey y de
sus nobles, mas las órdenes militares como la de Santiago.
El estado y su estructura jerárquica,
piramidal, apoyada en el ejército y la policía, se fue imponiendo
progresivamente expoliando los bienes comunales. El resultado lo
tenemos hoy día a la vista.
El explotador explotado, los fondos
de inversión están espoliando sin compasión alguna al estado
español, y esclavizando mediante impuestos a los españoles.
No es lo mismo “bienes de uso
público” que bienes comunales; los primeros son del estado,
teóricamente y si no los privatiza, por ejemplo un hospital, y los
segundos son de los vecinos, privados o agrupados. Ahí está la
trampa. Y tampoco confundirlos con los llamados “bienes de
propios”, que son propiedad de los ayuntamientos y manejados por
alcaldes y concejales.
Tampoco hay que confundir concejo con
pedanía o junta vecinal, que son gobernadas por partidos políticos,
piramidales.
Para mayor y mejor información tienen
las obras de don Félix Rodrigo Mora.