Tiempo de vendimia, adelantado.
Hola, hola, mis extraordinarios amigos, sigue la canícula, ¿verdad?
¿Qué hacer en un lugar, territorio, controlado por delincuentes? ¡Ah!, ¿que usted no es consciente?
Les mean encima y dicen que llueve, y no me refiero a los rayones de los aviones. No.
Una nueva poda se ha llevado a cabo en esta esta vid de mundo, y ya son menos las vías temporales por las que circulamos pues no hay manera humana de sacar de aquí tanto parásito como tiene este viñedo del Señor.
Por Gracia.
Los Siete Samuráis, ¿recuerdan esa película?
Nos encontramos en una situación similar a la reflejada en esa historia, dominados y chantajeados por delincuentes. No sé si se habrá defensores que se pudieran contratar, pero la lección del film es que el pueblo tiene que armarse y aprender a defenderse por sí mismo.
No nos queda otra. Y cuando digo armarse no me refiero a cosas metálicas, palpables, sino de conciencia, de virtud.
Nunca confiar en los dirigentes: una mano lava la otra y entre curas no se pisan la sotana. Eso me enseñaron mis abuelos.
Cuando vean una reunión de pastores: Davos, Bilderberg, otros similares, ¡atención! Cordero a la estaca o a la caldereta.
Se lo digo en la suposición de que son ustedes cristianos y me comprenderán sin mayores comentarios. Yo soy león pero es que me da no sé qué el ver el circo que nos han montado.
Estoy avisando no intentando ofender.
Disfruto chinchando a los parroquianos de San Martín pero que Dios me libre de tener que levantarle la mano a uno.
¡Espabilar, cojona! Que si la del mono no les funciona sacarán la del caballo o la del... lagarto.
Ya viene la vendimia, aprovechar y disfrutar de estos festejos.
Puede que sean los últimos.
