El Tao y El Camino de Santiago


El Tao y el Camino de Santiago


El camino que se ve y se pisa no es El Camino, pero me serviré de algunas viejas fotos, en el blog, para ilustrar esta charla.

La idea de camino hace pensar en un recorrido, por un territorio, con principio y final; pero hay una andadura exterior, que me lleva a Compostela, y una interior, que me lleva a Dios.

Lo que vale y sirve es el primer paso y el esfuerzo ulterior.



Entrar en España por el Puerto de Somport o por el de Cize es una experiencia muy bonita. En dos años sucesivos pasé por uno y por otro hace más de veinte años.

Caminar durante días y días con la mochila a cuestas y durmiendo donde me dieran acogida, aunque fuera pagando algo resultó interesante.

Dolores, dolores de todo tipo, noches en que me dolían ¡hasta las pestañas!, añadió una nota colorante al asunto, y la compañía de personas de cualquier lugar del planeta algo... picante.



Perderse, perder el camino, querer perderse en el camino, ¡y que no te encuentren! Perder la cartera, el teléfono, prendas íntimas...

No nos calentemos, que echamos vapor por las orejas, ¡ja!

Encontrarse a uno mismo, y después olvidarse. Olvidarse de este cuento ajeno en el que vivimos, padecemos y morimos.

Volver a caminar un día tras otro, volver un año más para andar otro Camino de Santiago; por la Costa Norte o por el Viejo Camino de la Montaña.

No es lo mismo andar con buen tiempo, madrugando para evitar el calorazo, que con frío y nieve.

Cada día es distinto, cada ocasión es diferente. Cambia el camino y cambia el caminante; lo que no ha de cambiar es la voluntad de ser uno con El Camino y persistir hasta donde se pueda llegar.

La Costa de La Muerte, el Finisterre, el Más Allá.



El sentido de la vida humana es camino, esfuerzo, superación, ascensión.

Se lo dice un montañero peregrino.

A un camino carnal y pesado le sigue uno inmaterial, liviano. El primero te lleva días y días transitarlo, el segundo instantes; son sucesos, experiencias que se integran en la conciencia. Hay que ser concienzudo para asumir estos eventos y crecer como ser humano.

No se trata de ganar peso, músculo, sino de ser capaz de comprender las cosas más rápidamente, de tener una intuición más acertada, una conciencia atemporal y compleja.

Pureza de colores y sabiduría simple en el Corazón.


Hay que luchar, esforzarse, por alcanzar esa condición y confiar en la Gracia del Altísimo. Lo demás, lo que se está haciendo en este tiempo, es turismo.

En estos días caminan con un teléfono en la mano dotado de geo localizador y mapas exactos de las etapas. Y con dos maletas, una por si... esto, y la otra por si... lo otro. ¡Dos maletas! Los hospitaleros han de estar de recoge maletas.

Cuando regresan a su hogar esas gentes están igual que cuando partieron. Impasible el ademán.



Es bonito llegar a Compostela y darle un abrazo al Patrón, si te dejan. Te ahúman para despiojarte y si tu conciencia está despierta aceptar que la luz que entra por los ventanales, esa luz, eres tú.



Escribí Camino de las luciérnagas, cuentos y poemas, para comunicar esto mismo en modo extenso, mi particular modo de hacer el camino, a todos cuantos me leyeran.

Algo fantástico, desde luego. Y ahí lo dejo.

Recuerden esto: cuanto más material eres más temporal te sientes, y viceversa.

Hasta un próximo programa, amigos. Ser felices...



Año 2001, Camino de Santiago, Del Burgo Ranero a León.

 


Recuerdos fotográficos de un recorrido por el Camino de Santiago que realicé en el año 2001.

En los primeros meses de aquel año seguía con ganas de camino y caminar y unos días de invierno me dieron la oportunidad.

En tren hasta El Burgo Ranero y caminé hasta la ciudad de León.

Estas son unas fotos de recuerdo.

Marcho del Burgo una mañana bien fresquita en dirección a Reliegos.




Es una larga recta y la pista forestal estaba sin asfaltar. Solo apta para maquinaria agrícola.



Llevaba un periódico que compré en el quiosco de la estación y en la portada salía un moro chungo. Meses después daría mucho que hablar, el bocazas, lanzando amenazas a medio mundo, incluso a España. Se le habría olvidado los veranos que se pasaba aquí con su papá. En fin, ya sabemos lo que pasó con este majadero.



La Costa del Adobe lo llaman ahora. Por entonces todavía se veía algunos restos de casas hechas con ese material.




Paré a tomar un café en Reliegos.



Y un poco más en Mansilla de las Mulas.



Queda una buena tirada hasta León. La Cordillera Cantábrica estaba cubierta de nieve, por entonces todavía nevaba.



Había que cruzar la carretera a la carrera y un curioso cartelón daba la bienvenida a la ciudad.



Ya solo quedaba bajar por el arcén de la carretera al Puente Castro y volver a casa.

Aquel verano volví a repetir el recorrido, de Sahagún a León, pero ya no hice fotos o las habré perdido.



Año 2001, Camino de Santiago, De Sahagún al Burgo Ranero.

 


Recuerdos fotográficos de un recorrido por el Camino de Santiago que realicé en el año 2001.

En los primeros meses de aquel año seguía con ganas de camino y caminar y unos días de invierno me dieron la oportunidad.

En tren hasta Sahagún y caminar hasta El Burgo Ranero.

Estas son unas fotos de recuerdo.



EL río Cea seguía bien crecido y la laguna de Valdemorgate llena de agua. 



Primera parada en el cruce hacia Calzadilla de los Hermanillos.





Por el andadero hacia la ermita de Nuestra Señora de Perales.




Después un palomar destruido y curiosamente engalanado.



Paré a charlar con un pastor que había bajado con su rebaño desde Prioro. Que no bajaría mucho más por el Páramo hacia Tierra de Campos, que al invierno no le quedaba mucho recorrido, me decía.

Como llevaba el termo en la mochila un trago de café con leche le vino de perlas.



Como no paré en Bercianos del Camino pronto llegué al Burgo Ranero, y esta vez sí me acerqué hasta el albergue municipal a charlar con el hospitalero voluntario. Había parado aquí a dormir en septiembre de 1999 y tenía buenos recuerdos.


Le estuve ayudando a acarrear leña para la lumbre y a limpiar los baños.





Una vuelta por el pueblo y corriendo hacia la estación. Volvería al día siguiente.

Cosas que hacíamos los de la Renfe.

Son fotos con más de veinte años a cuestas y de una cámara sencilla, no pidáis peras al olmo.

Otro día continuaré con más recuerdos fotográficos.



Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...