Comics, Los Vengadores, Zona Roja

 


Cómics como los de Los Vengadores, con aventuras semejantes, había pocos en los años setenta. Y no solo en España. Fueron alguna de mis lecturas favoritas.

Pero hoy traigo al blog un cuaderno del año 2003 titulado Zona Roja, con guión de Geoff Johns y dibujo de Oliver Copei.

Me parece la mar de interesante.



Comienza la aventura cuando el famoso Parque Nacional del Monte Rushmore, en el estado de Dakota del Sur, sufre un terrible bio-ataque terrorista y una niebla roja va cubriendo la zona matando a toda forma de vida en cuestión de minutos.



Los Vengadores acuden al rescate, con el Capitán América al frente.



Ellos no obedecen órdenes del ejército, que está evacuando la zona, y se internarán en la niebla asesina para averiguar el origen de semejante desastre.



Encuentran un refugio subterráneo, bajan, ¿y qué se encuentran al final del túnel?



Pues a los autores de semejante atentado. ¿Qué ocurrirá ahora?


Tras muchas intrigas y peleas, al mejor estilo Marvel, conseguirán descubrir quien tramó todo esta operación de falsa bandera, y qué es lo que persigue:

Sí, es él. ¿Y qué dice? ¿Qué dice... ?

La libertad debe sentir miedo, y el miedo lleva al control.

América solo necesita un empujón en la dirección correcta.

La Teoría del Empujón, ¿dónde he leído yo sobre esto?



Descubierto por el Capitán América se lo va a poner difícil seguir adelante con sus oscuros planes.



Pero también el soldado perfecto se verá infectado por ese mal rojo.



Tendrá que ser Pantera Negra, el rey negro, el que literalmente le parta la boca al monstruo nazi.



Desmontado el plan y encontrado remedio para el mal rojo y asesino el propio presidente se acerca hasta la mansión de Los Vengadores a darles las gracias.

Y entonces el Capi aprovechará para arrancarle una promesa: que cierren todos los bio-labs que haya en América.

Y el presi accedió, los cerró, y los siguientes los montaron en un país de la Europa Oriental, ¿adivina usted en cual?

Está muy agitado ultimamente. Ya sabe el porqué.



A la sombra de los barbaros, de Eduardo Goligorsky

 


Otro libro para añadir a mi pequeña colección de joyas de la Ciencia Ficción: A la sombra de los bárbaros, de Eduardo Goligorsky.

Un libro y autor de los que había leído maravillas hace años y por cosas de la vida encontré estas navidades en una caseta del libro antiguo y usado. Al libro, el autor falleció hace menos de un año en Barcelona, donde residía desde el año 1976.



¿Qué les puedo contar de un maestro del cuento y la ficción especulativa?

¡Es muy argentino!

Macanas, se lee con gusto, cuento a cuento, e incluso asusta cómo el autor separa civilización de barbarie por algo mas fino que el filo de una navaja.

En estos días se habla mucho del denominado “primado negativo”, como si fuera algo recién inventado. Goligorsky fue un maestro, sin paliativos. Me he relamido con alguno de sus retorcidos finales de cuento. ¡Aggg!

Soy un principiante a su lado, pena de no haber encontrado este libro y autor antes; hace... 30 años.

La edición Orbis que encontré es del año 1985.

¿Destacaría algún cuento en especial?



Tal vez el titulado Ellos, esa noche me costó conciliar el sueño.

Si lo encuentra... ¡no deje de leer este estupendo libro!


Camino de Santiago, Jacobeo 1999- Primera parte.

 


Subo al blog unas fotos que realicé en el año 1999 realizando el Camino de Santiago a pie.
Por casualidades de la vida tenía más de un mes de vacaciones por delante y unos amigos me sugirieron hacer El Camino, como una experiencia novedosa, diferente al montañismo.

Llegué a la Estación de Canfranc en el Canfranero, para solicitar la credencial y después tomé un autocar que me debería llevar hasta Oloron, pero digo debería pues al llegar al alto del Puerto de Somport el autocar no pudo continuar, había huelga de transportistas o algo así en Francia. 
Así pues, y tras echar una mirada a los picos comencé a bajar hacia España.


Bajé hasta la Estación de Canfranc, y busqué acomodo en el estupendo albergue Pepito Grillo. El hospitalero, un veterano en estas lides me fue poniendo sobre aviso de lo que me encontraría más adelante.
Quitando una fuerte tormenta que cayó aquella tarde todo lo demás me parecía fantástico. Y el ambiente, yo era el único peregrino español del albergue, me pareció estupendo. Muy parecido al de los refugios de alta montaña. Los de por aquel entonces.


Una buena tirada me llevaría hasta Jaca al día siguiente. Era el mes de septiembre y las tormentas se alternaban con episodios de fuerte calor al medio día. Me gustó mucho Jaca, desde entonces he vuelto varias veces, tanto por el Camino de Santiago como por sus montañas.


Como eran los primeros días y andaba fuerte la siguiente etapa fue larga en demasía. En compañía de un peregrino veterano anduve hasta Ruesta.
Todo el día caminando, se me hizo larguísimo y en días posteriores pagaría la novatada con dolores por todo el cuerpo.
Curiosa la indumentaria peregrina, ¿verdad? Y el mochilón con paraguas es mío. Todavía lo conservo, el paraguas se destrozaría en días posteriores.


La siguiente etapa ya fue más sencilla y divertida caminando en compañía de unas señoras alemanas con las que habíamos coincidido en el albergue de Ruesta. También lo haríamos en el de Sangüesa.
Sellamos la credencial en la Parroquia de Santiago.


Se nos unió otro chico al equipo peregrino y bien de mañana nos marchamos hacia la Foz de Lumbier, espectacular. Y docenas de buitres por todas partes, ¿qué podía salir mal?


Pasando por Salinas de Ibargoiti, ya teníamos Monreal a la vista. Preciosa pirámide la que tienen al lado del pueblo.


Pero en Monreal...¡sorpresa! Son las fiestas del pueblo y el centro parroquial lo tienen ocupado. Estuvimos buscando durante horas un sitio donde dormir, finalmente el dueño del restaurante donde cenamos nos buscó cama en un piso de su propiedad. 
Fiestorro navarro y aquí no duerme ni...


Lo de no poder dormir se haría crónico en cuanto llegáramos al Camino Real Francés. Pero aquel día disfrutamos del sol y las maravillas como esta de Santa María de Eunate.
Era tal el calor que hacía que podías lavar la camiseta en la fuente y en pocos minutos ya la tenías disponible de nuevo para usarla.
Ya me iba dando cuenta de que cargaba con demasiadas cosas así pues en días sucesivos el tema estaría en discurrir de qué me iría desprendiendo.


Y al fin Puente La Reina. Y primer bofetón de realidad: todos los lugares estaban llenos de gente, pero conseguí que me acogieran en el Refugio de los Padres Reparadores. Literas de tres pisos, chico, como en el campamento cuando era recluta.
Un navarrico me invitó a cenar en casa con su familia. Excepcionales los navarros, la mejor gente del  mundo. Así he vuelto a su tierra siempre que he podido.
Por supuesto ni pegar ojo en toda la noche... y solo era el inicio de esta curiosa aventura mía que fue el Jacobeo 1999.
Ya subiré más fotos.
A mi entender la película-documental que mejor refleja aquel Camino y sus circunstancias es Tres en El Camino. De Laurence Boulting, con él y algunos, unos cuantos, de los que salen en el film coincidí aquel año y sucesivos, y yo sin enterarme. 
Cuando vi la peli en el cine se me quedó la cara a cuadros...


Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...