De vez en cuando es bueno releer a los clásicos y este conjunto de relatos de Stanislaw Lem es de lo mejor que tengo por casa.
Un universo robótico, no un planeta o dos todas las estrellas conocidas están llenas de ellos. Pero les persigue el recuerdo del "enemigo". Los Paliduchos, unos seres húmedos, viscosos, blandengues, que intentaron acabar con ellos en el pasado.
¿Y si todavía existen?
Fábula tras fábula van desfilando unos personajes maravillosos, en especial el de la princesa que quería casarse con un Paliducho, que hacen que su lectura sea una delicia.
Y de remate, en las tres últimas fábulas, aparecen el constructor Trurl, mayúsculo en todos los sentidos, y el también constructor pero más sabio Clapaucio. Construyen una máquina prodigiosa y lo primero que se le ocurre a Trurl es que la máquina comience a producir cosas que empiecen por la letra n.
Como el resultado no impresiona la programan con las Nociones Científicas, (ya se masca el desastre) y a continuación le piden que vaya destruyendo todo aquello que comience por n.
Éxito mayúsculo, pero Trurl quiere ir más allá, le pide que haga Nada.
Logran sobrevivir de algún modo y manera y en la siguiente fábula solo se le ocurre que producir una máquina de ocho pisos de alto que, y fijaros que es mayúscula, cuando le preguntan ¿Cuántas son dos y dos? siempre contesta: siete.
La cosa irá de mal en peor, y los dos constructores saliendo a la carrera para refugiarse en una cueva.
La cosa terminará con una mayúscula paliza pero na..., son constructores, cada poco se les ocurre un invento aún más alocado.
E. Lem, gran maestro de la ciencia ficción, es uno de mis escritores favoritos. Este libro es de 1981 y lo leí haciendo la mili. Una joya; tengo por casa más libros de este autor y como el invierno no ha hecho más que empezar...
